domingo, julio 25, 2004

Canciones que cambian de dueña.

Tengo una canción que se llama COMPAÑERA.
La compuse cuando vivía con una Chica Maravillosa de la que estuve muy muy enamorado.
Sin embargo, cuando la escribí, no la hice pensando en mi relación con ella.
En ese momento mi primo José Luis había llegado a vivir con nosotros, escapando de una relación que le había partido el alma en dos.
El dolor de mi primo era tan intenso, que me hizo recordar un truene que yo tuve, en las mismas condiciones.
Mucha confusión, mucha impotencia, mucha rabia...

Terminé la canción y se la toqué a mi Chica Maravillosa.
Ella me miro con desaprobación y me dijo: la canción está buena, pero no me gusta porque se la escribiste a otra.
Entendí su sentir, pero no tenía razón.
Yo la hice pensando en mi dolor, en la propia experiencia de sufrimiento, que mi primo me había recordado.

Debo confesar que soy un sufridor profesional.
No voy a decir que disfruto los dolores del alma, porque no es así.
El dolor del alma se me mete hasta el hueso.
Me carcome... domina mi existencia.
Me puede tumbar varios meses y hacerme pedacitos... pero también me regala un montón de inspiración para escribir y crear.

La canción dice:


Me saliste con que ya no me querías
me dolió tu confesión
Me pasé varias semanas intentando
encontrar una maldita explicación.

Te fuiste porque decidiste
lloraste para no sentirte mal
marcaste mi destino con la sangre
que escurrió de tu puñal

Y sería buena idea que supieras
que si el cielo no ha dejado de llover
la razón es muy sencilla compañera
y es que yo no te he dejado de querer

Y ahora que lo tiene claro mi cabeza
no lo entiende el corazón
Y por más que lo he intentado no he podido
encontrar una maldita explicación.

Y estoy cansado de soñarte
y estoy cansado de dormir sin tí
y estoy cansado de saberlo
y estoy cansado de seguir así.

Y sería buena idea que supieras
que si el cielo no ha dejado de llover
la razón es muy sencilla compañera
y es que yo no te he dejado de querer.

Y supongo que la historia no tendría nada especial si no fuera por lo siguiente:

Tiempo después, mi Chica Maravillosa y yo tronamos.
Pero lo hicimos de la manera más civilizada que existe: sin pelear y en paz.
Estuvimos separados más de un año, pero seguimos en contacto.
Todo ese año yo tuve muchísimo trabajo... al principio intenté que mi trabajo fuera una terapia para olvidarla.
Pero no funcionó.
No pude olvidarla, y menos porque ella, decía que no podía olvidarme a mi, que me amaba.

La cosa es que una mañana le llamo por teléfono.
Podría decir, para hacer más romántica la historia, que aquella mañana le llamé para pedirle que volviera conmigo, que se aventara otro round porque realmente quería ser campeón mundial de su amor.
Pero la historia no es tan romántica.
Ella me contó que había decidido irse a vivir con su nuevo novio.

Cuando colgué el teléfono, el dolor se hizo dueño de mi alma.
Y en ese mismo momento me llamó Hans para pedirme que fuera al estudio a grabar voz.
Por si fuera poco, el estudio está en el mismo camino que su casa.
Nunca ese camino fue tan largo.
Y cuando llegué al estudio, Hans me puso frente al micrófono y soltó, como una macabra coincidencia, la pista de COMPAÑERA.

Jamás en la vida había sentido tanto una canción.
La grabé llorando, con toda la rabia, la confusión, la impotencia y el dolor que la inspiraron.
Y aunque ella piense que se la escribí a otra, no se la canté a nadie más.

Y eso, la hará suya para siempre.

Entiendo que la vida de muchas vueltas.
Lo que no entiendo, es por qué.

viernes, julio 23, 2004

Cronicas de estudio Vol.2

No sé cuánto tiempo pasó.
Pero probablemente haya sido casi un año desde que cerró el estudio de Acapulco, hasta que Hans se instaló con todas sus chivas en la sala de su casa, y empezamos a grabar otra vez.
Durante ese tiempo yo visité varias disqueras y me entrevisté con algunos A&R's ( que son los buscatalentos de una compañía).
Todos me decían lo mismo: suena interesante pero estaría chido escucharlo terminado.

Un día, en una tocada de Bersuit, me encontré a Luis Estrada, ex guitarrista de los Lagartos, que ahora trabaja en Universal.
Le pedí consejo.
Él me dijo: lo primero que tienes que hacer es que todo el mundo sepa que Mamá Pulpa existe. Cuando tu nombre suene en todos lados, no vas a tener que buscar compañía disquera, ellas te van a buscar a ti.

Pasó más tiempo.
Hans y yo entramos en respectivos periodos de chamba muy absorbentes.
Cuando él me llamaba para trabajar, yo no podía y viceversa.
Y creo que también entramos en una discrepancia cretiva.

Por aquellos días Chipotes y yo fuimos enviados a Korea y Japón a cubrir el mundial de futbol.
Estando allá, Chipo compró una GROOVE BOX. Una especie de teclado que puedes programar para que toque sin necesidad de un tecladista. Así que empezamos a experimentar con ella y el resultado no convencía al buen Hans.
Él decía que le sonaba muy putín, pero yo alegaba que era una manera de refrescar el sonido de la banda, sobre todo porque había un boom de grupos de ska y nosotros no queríamos que nos encasillaran en ese movimiento.
Dicha discusión nos llevó a otro largo rato de inactividad.

Un día tomé el directorio telefónico y me puse a llamar a todas las compañías disqueras.
En Sony hablé con Rafa Zepeda. Un tipo a toda madre que traía el proyecto de sacar un disco acoplado con cuarenta bandas mexicanas.
Tuvimos una cita y le gustó el material. Me pidió que escogiera una canción para editarla en el disco y le di Supermercado, que era la única que ya incluía las partes programadas.
La cosa es que el disco salió y la canción empezó a sonar en Orbita FM, una estación local de rock.
Desde ese momento, las cosas empezaron a mejorar para nosotros.
El simple hecho de tener un sencillo en la radio nos empezó a abrir un montón de puertas y comenzamos a tocar cada vez más.

De repente vino lo del programa en Telehit y de inmediato nos pusimos a hacer el video de Supermercado, bajo la dirección de Elías Herrera Zacarías, que años atrás había tocado con nosotros la trompeta.
El video comenzó a rotar en Telehit y tuvo mucho éxito.
Supermercado empezó a sonar en más estaciones de radio porque la gente la pedía.

Cuando me dí cuenta, el consejo de Luis Estrada era una realidad.
Las compañías nos buscaban ahora.

Así que le hablé a Hans y le dije: amiguito... es ahora o nunca.
Hans había abandonado la sala de su casa y se asoció con Alfredo "el Duque" Velazquez (ex baterista de los Amantes de Lola) para poner un estudio en San Bartolo Ameyalco, un pueblito en las montañas rumbo al desierto de los leones; y otro en Bosques de las Lomas.

El trabajo reanudó hace apenas unas semanas y ha sido igual de mágico que en Acapulco.
Creo que ha valido la pena la espera.
Incluso si hubieramos sacado el disco antes, no creo que tuviera las oportunidades que tiene ahora.
He descubierto que el éxito de una banda no necesariamente tiene que ver con la calidad de su música, sino con una infinidad de factores que no tienen que ver con lo musical.

Luis tenía razón.
Ahora que la gente sabe quién es Mamá Pulpa, la industria nos mira con otros ojos.

Espero que el disco esté muy pronto en las tiendas, pero ahora, mientras lo estamos terminando, recuerdo todos los momentos que he pasado para lograr que este proyecto siga vivo, y sé que si ha sido difícil, es porque algo bueno ha de venir.

Fumando espero.

jueves, julio 08, 2004

Cronicas de Estudio vol.1

Conocí a Hans Mues en el año 97 o 98... La primera vez que lo vi fue en un café de chinos.
Yo iba con miembros de un colectivo de Músicos y estudiantes, que organizaban conciértos para recaudar fondos y alimentos en pro de la causa Zapatista.
Me llamó mucho la atención porque estaba leyendo un libro gigantesco de Física. Le pregunté por qué y me respondió que estaba estudiando los capítulos sobre acústica.
-Comportamiento del sonido- me dijo, sin el tono mamón de los que nomás cargan el libro para guaguarear.
No volví a verlo sino hasta unos tres años después.

Poco a poco fui sabiendo quién es ese tal Hans.
Es Músico, Productor e Ingeniero de Grabación. Fue guitarrista del grupo metalero de culto Makina y luego baterista de Los Yerberos; ha producido más de 40 discos y ha sido nominado al grammy por co-producir la canción "Amarte Duele" de Natalia Lafourcade.
Hans es un melómano. Quizás un melómano perfecto: ama la música, toca música y graba música.

La cosa es que yo había escuchado su trabajo con los discos de Petróleo y Los de Abajo, y le pedí que nos grabara un disco.
Hans estaba mudándose a Acapulco pues acababa de ser contratado, para ser el ingeniero del estudio que un cantante millonario había construido en dicho puerto.
-Regreso como en dos semanas, me gustaría ir a su ensayo y verlos tocar.

Dos semanas después, Hans fue al ensayo y nos propuso grabar el disco en Acapulco. Había llegado a un acuerdo con el dueño para grabar proyectos independientes en los tiempos muertos.

De repente, estábamos en Acapulco grabando nuestro disco en un estudio de sueño.
El lugar estaba en la parte más alta de las montañas y desde la alberca podías ver toda la bahía.
Neta era un sueño.
Era como si de verdad fueramos estrellas del rock, cuando en aquel tiempo no pasaba nada con nuestra música.

Entre ir y volver, habremos estado grabando unos tres meses en Acapulco.
Y yo lo recuerdo como una de las etapas más excitantes de mi vida musical.
Conocí la complejidad de grabar un disco en condiciones profesionales: usamos toda clase micrófonos, desde los Shure que cuestan 1500 pesos, hasta los Neumann que cuestan 50,000 pesos.
Yo grabé con varias guitarras antiguas que eran una verdadera belleza. Usamos una Gibson Les Paul del año 74, una Fender Telecaster del año 68, una Gibson SG, una Explorer... cada una brindaba un sonido distinto dependiendo del amplficador y los micrófonos empleados.
Nos clavamos muchísimo en encontrar los sonidos de cada instrumento.

Pero un mal día, el cantante millonario decidió que su estudio millonario, no dejaba las ganancias millonarias que él esperaba y quitó el estudio.
Nuestro disco pasó al limbo de los discos inconclusos.


CONTINUARÁ....