miércoles, abril 12, 2006

Delincuencia rockera....

El viernes pasado fuimos a tocar.
Era un concierto al aire libre, frente a una escuela. Buen concierto.

La onda es que pasó por nosotros Ramón, un amigo de Juan y Pascual, que yo conozco también desde hace unos diez años. Amablemente, nos llevó a la tocada en una camioneta de su familia.
Íbamos tarde, sobre Río Churubusco, cuando en un semáforo se acerca un policía y comienza a revisar el vehículo por fuera.
Yo no presté atención, hasta que el policía se acercó a la ventanilla de Ramón y le dice:

- ¿Su verificación, joven?

Ramón, que normalmente no conduce esa camioneta, sólo atinó a decir:

- No sé.

El policía le pidió que se orillara, pero alguien, no recuerdo quién, soltó la frase que desencadenó todo.

- ¡Mándalo a la verga!

No sé cómo, ni por qué, ni qué cosa hizo que Ramón se envalentonara y pisara el acelerador hasta el fondo.
El rechinido de llantas, sonó como si soltara el humo que sueltan los neumáticos de las películas. Alguien gritó al estilo Dukes de Hazzard.
Miré por el ventanal trasero y alcancé a ver cómo el policía, bastante encabronado, le daba órdenes a su pareja para subir a la patrulla y darnos alcance.
Todos estábamos muy emocionados.

¡¡Por primera vez en mi vida, estaba involucrado en una persecusión policíaca!!

Todos sugeríamos al mismo tiempo qué ruta tomar.
Algunos decían que lo mejor era seguir derecho, otros pensábamos que lo mejor era acelerar un poco, y en cuanto los perdiéramos de vista, salir de la avenida.

-¡Ahí vienen!- gritó alguien.

-¡Salte aquí!- sugerí yo.

Ramón dio un volantazo y salimos de la vía rápida para tomar la lateral.
En la primera calle que encontramos, dimos vuelta y pronto descubrimos que tenía sentido contrario.
Bromeábamos con la posibilidad de que nos alcanzaran, y nos multaran doble, por escapar en sentido contrario.
Jajajajaja... fue divertido.

La verdad es que duró poco. Pero fue muy emocionante.
Lo más chistoso, fue que la camioneta sí tenía la verificación y todos los papeles estaban en regla.

No se si fue buena suerte, o que el Rocknroll nos protegió, o que simplemente los policías son muy imbéciles.
Quizás las tres.

Pero fue increíble escapar de la policía, y después dar un concierto.
Espero que se repita, jajajaja.