domingo, mayo 30, 2004

Genesis

Llevo el Rock en la vida.
Desde la primera vez que lo escuché, se metió hasta adentro de mí y nunca volvió a salir.
Fue cuando tenía unos cuatro años.
Iba con mi tía en su Datsun amarillo. Hacía mucho calor y yo estaba bastante desesperado.
Mi tía Martha, que es un ángel, intentaba distraer mi atención con todos los recursos posibles, para evitar que el bochorno me condujera a una rabieta o a un ataque de llanto; en las bocinas del auto comenzó a sonar Inmigrant Song de Led Zeppelin... mi tía subió el volumen y comenzó a girar el volante de un lado a otro haciendo bailar el auto.
Los aullidos de Robert Plant se clavaron en mi memoria para siempre; fue la música perfecta para el momento más emocionante que había vivido, en esos cuatro años de vida.

Ya para los cinco, mi hermano me había contagiado la fiebre por KISS.
A sus siete años tenía una respetable colección de discos de dicha banda y nos turnabamos la tornamesa.
Oíamos uno de Kiss y después uno de los Muppets.
Luego otro de Kiss y después el mismo de los Muppets.
Mi hermano ponía los de Kiss.
Años después le pregunté cómo es que le habían comprado tantos discos de un grupo que en aquel tiempo, era considerado hasta satánico... él respondió:
- Todos los discos de kiss que tuve, en vez de fotos, tenían dibujos de los integrantes a manera de comic. Creo que pensaban que eran discos para niños y que esos tipos de pelo largo, zapatos de plataforma y caras maquilladas, eran sólo los super héroes de moda...

A los ocho años, mi maestro de tercer grado nos pidió que lleváramos cassettes con música de rock. Mi papá tenía una gran colección de cassetes y yo le dije al profesor que seguro mi papá tenía de esa música, porque a mí me daba la impresión que mi papá tenía toda la música del mundo.
Así que fui con mi jefe, le expliqué la situación y me miró con el miedo que sienten todos los papás del mundo, cuando saben que te van a fallar. Inmediatamente disimuló su inseguridad y fue hasta el lugar donde tenía su colección de cassettes. Buscó y buscó un buen rato... su colección contaba con una diversidad musical bastante decente... de Oscar Chávez a Dave Brubeck, de Chopin a Chava Flores, de Bola de nieve a Nacha Guevara...
Y de pronto, hasta atrás de todos, encontró uno y le sopló el polvo para leer el título... sonrió y me miró con ojos de alivio.

-Aquí tienes -me dijo con mucha seguridad- son canciones de Paul Anka.

¿¿Paul Anka??
A mí me sonaba muuuuuuuy bien.
Paul Anka era un nombre perfecto para un Rockero...
Mi maestro iba a sorprenderse cuando escuchara a ése Paul Anka... iba a tener que reconocer que la colección más completa del mundo, era la de mi papá y entonces me iba a convertir en su consentido, y por ende, a dejar de hacer tareas.

Así que al otro día llegue a mi clase y lo primero que hice fue sacar el cassette de Paul Anka y ponerlo sobre mi pupitre.
Recuerdo las largas horas que esperé hasta que el maestro recordara que un día antes, había pedido música de Rock... cuando llegó el momento, yo corrí hasta la grabadora para que pusiera el mío primero. Así se hizo y cuando empezó a sonar My Way (a mi manera), el maestro me vio a los ojos y me dijo:

- Esto no es rock.

Algún niño sacó el cassete de mi papá, y puso uno que tenía en la portada una boca roja sacando la lengua.
Me impresionó mucho que no había ni ojos, ni nariz, ni nada... era sólo esa boca y esa lengua.
El botón de play fue accionado y entendí inmediatamente que Paul Anka no cantaba Rock.
Las caras de mis compañeros eran de completo asombro.
Estoy seguro que la mayoría de ellos nunca había escuchado algo así.
Se veía en sus caras.
Pero yo que pasaba horas y horas escuchando Kiss (en espera de volver a poner mi disco de los Muppets) supe desde ese momento que cualquier cosa que lograra poner esa expresión de asombro en las caras de mis compañeros de clase, era exactamente lo que yo buscaba...

sábado, mayo 29, 2004

Quien soy... a donde voy... habra boletos???

Toco la guitarra y canto en una banda de Rock llamada Mamá Pulpa.
Llevamos 8 años y apenas empiezan a pasar cosas interesantes: buenos conciertos, interés de la prensa especializada, un videoclip en la tele e interés de algunas disqueras por sacarnos un disco.
Si hubiera sabido que se iba a tardar tanto, probablemente no me hubiera metido al Rock.

Antes de tocar en Mamá Pulpa, ya había tocado en otra banda (de cuyo nombre no quiero acordarme) con Chalo, el baterista.
De hecho somos amigos desde la secu... nos conocimos en un camión del transporte público, regresando de la escuela, que estaba muy lejos de nuestro barrio. Era 1988.
Platicamos de lo absurdo que era ir tan lejos a una escuela tan odiosa como la nuestra (el Colegio México) una escuela mojigata y retrógrada que en ese tiempo era de puros hombres...
Semanas después me enteré que Chalo tocaba la batería y comenzamos a tocar.
Eramos malísimos...
Pero siempre fuimos muy necios y eso nos hizo seguir y seguir...
Hace 16 años que empezamos a tocar juntos!!!!
Hasta hoy hice la cuenta!!!

Introducción a un Blog aburrido...

Ya me dio pena... no sé qué poner...
Me pasa que ya que abrí esta página y me registré, me siento con la necesidad de escribir algo genial...
Algo digno de un premio de literatura... algo que me consiga un boleto sin escalas a la posteridad...

Y nomás no se me ocurre nada...

Supongo que es sólo porque esta es mi primera vez...